martes, 17 de enero de 2012

Los cuentos tienen un enorme potencial educativo por su influencia en la memoria y porque ... ¡a los niños les encantan! Y nuestra misión es animarte y apoyarte en esta tarea.

Barco Hundido


Tendido de lado, como un gigante dormido, el gran transatlántico arrojaba las últimas burbujas del hundimiento. Los peces se atropellaban a su alrededor. Las almejas se escondían en la arena.

Un delfín nadó en círculos, saltó fuera del agua y anunció:

- ¡Barco hundido! (colorea)


Y los cormoranes dieron la vuelta a la isla para avisarle al abuelo de los pájaros. El abuelo, con su barba larga y gris, estaba sentado en una roca. Cuando escuchó el llamado, subió a su bote lo más rápido que pudo. Las gaviotas lo guiaban.

-¡Barco Hundido! – seguían gritando.

El abuelo ponía todas sus fuerzas en los remos. Pero ya eran muchos años de ser viejo; estaba tan cansado que, en mitad de camino, debió abandonar.

- Estoy muy cansado – confesó-. Pidan ayuda a los pájaros de la orilla. Busquen a los peces.

- No, abuelo – respondieron las gaviotas-. ¡Barco hundido! ¡Barco hundido!- con lo cual querían indicar que sin él nada podrían hacer todos los pájaros y los peces.

El abuelo señaló la costa una vez más y, ya sin aliento, se quedó dormido. Poco después, el griterío de las aves lo despertó.

- ¡Barco hundido! ¡Barco hundido, abuelo!

Eran cientos revoloteando sobre su cabeza. Todas se habían unido en una sola bandada. También había muchos peces asomados a la superficie. Los peces miraban entristecidos. “El abuelo no va a poder ayudarnos”, pensaban.

- ¡Barco hundido! ¡Barco hundido!

Pero entonces el anciano señaló el cielo y, con un dedo que era como una raíz seca, indicó a cada pájaro el puesto que debía tomar. Después señaló el mar e indicó a cada pez su posición exacta.

En pocos minutos la ciudad en pleno estaba enterada. Con sus cuerpos, los pájaros habían escrito en el cielo: “Barco Hundido”. Y cuando llegaron las lanchas de salvataje, los peces destacaban con un círculo el lugar donde se hallaba el barco.

La tripulación había reaccionado a tiempo y se encontraba ilesa en los botes salvavidas.

Gracias a la unión solidaria de pájaros y peces el barco fue reflotado. Y el abuelo volvió a su roca tranquila, desde donde observaba las puestas de sol (que son el espectáculo más maravilloso) y en donde contaba a sus amigos, los peces y los pájaros, historias de barcos y navegantes.

Autor: Alfredo Parra

Cuestionario:
  1. ¿Cuáles son los personajes del cuento? 
  2. ¿Qué le sucedió al transatlántico? 
  3. Dibuja al abuelo. 
  4. ¿El abuelo pudo ayudar en el salvataje? ¿Sí o no? ¿Por qué? 
  5. ¿Cómo se llegó a un exitoso rescate?
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